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24 El discípulo no es más que su maestro,(A) ni el siervo más que su señor.(B) 25 Al discípulo debe bastarle con ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al dueño de la casa lo han llamado Beelzebú,(C) ¿cuánto más a los de su familia?

A quién se debe temer(D)

26 »Así que, no los teman, porque no hay nada encubierto que no haya de ser manifestado, ni nada oculto que no haya de saberse.(E)

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